MI PRIMER REPORTAJE
Hace tiempo que Josep Maria Comelles, un autor especializado en antropología médica, vino a verme y me pidió prestadas fotografías para su libro Stultifera Navis (La nave de los locos); que tomé a finales de los setenta en el Instituto Mental de la Santa Creu. El tema derivaría más adelante un documental que podéis contemplar en internet.
En verdad éste fue mi primer reportaje humanista, muy distante del siguiente que realicé 15 años más tarde "El Futuro Existe"; pero ya aprendí con él una premisa inolvidable: nunca hay que enfrentarse a un reportaje con ideas preconcebidas. Al final hice grandes amigos entre los internos.
Por mi juventud y por los prejuicios de la época, al principio, dí por sentado que un manicomio era un lugar siniestro, poblado de seres peligrosos. En contrapartida, la libertad de aquellos años de transición me permitió entrar libremente en el centro -sin pedir permiso a nadie- con la complicidad de los técnicos asistenciales y aprovechando que los sábados no habían médicos. Una oportunidad que hoy en día sería imposible. Sin embargo, gracias a ello soy, junto con el Dr. Jaén, poseedor de los escasos documentos fotográficos que sobreviven al hoy demolido manicomio.
Cuando, gracias a la exposición, se difundió en la prensa el lamentable estado del Instituto Mental (mira este enlace) al por entonces director Delfí Abella, psiquiatra y componente del grupo musical "Els setze Jutges", casi le cuesta el puesto de trabajo.
Pero finalmente, y ante la presión de la prensa, las instituciones mejoraron las nefastas condiciones del manicomio antes de su cierre definitivo en 1992. En este vídeo de 1 minuto podéis ver algunos retratos que tomé (las fotos finales no son mías) usados por Josep Maria Comelles en su documental.
La muestra se inauguró en el Café-Teatro LLANTIOL de Barcelona, con un memorable espectáculo y la asistencia de los pacientes acompañados de los técnicos sanitarios que los cuidaban. Hoy esa aventura tipo "Alguien voló sobre el nido del cuco" sería imposible.
Tot plegat me ha hecho recordar "Titicut follies" de Frederick Wiseman. Creo que la enfermedad mental (la grave) es lo más triste que pueda sucerderle a una persona.
ResponderEliminarEstupendo Tino y si se inventa la máquina del tiempo allí estaré yo en el Llantiol, esa inaguración debió ser una maravilla.
ResponderEliminarI aquesta fotografía, extraordinària que publiques no la tinc i no vaig poder-la incloure al documental "Stultifera Navis"! Amb el teu permis la inclouré específicament per la seva enorme qualitat. Ha estat fascinant treballar amb materials tan rics com els teus i els del Josep Jaén, doncs els de l'Arxiu de Sant Pau, magnífics des d'eun punt de vista tècnic eren de fotògrafs excel"lents pero pensats per fulletons publicitaris i no tenen el valor de document etnogràfic del teu material
ResponderEliminarGracies. Naturalment pots fer-le servir. Encara tinc mes negatius per explorar pero es una feinada escanejar i treure la pols incrustada pels anys en la pel.licula. Algun dia ho fare, ja no ve d'un any... perdona la manca d'accents pero escric des de Tailandia.
ResponderEliminarHola, estic fent un treball sobre l'església de l'intitut i m'agradaria saber si em podries facilitar algún material fotografic del mental o de la capella, gràcies per adelantat.
EliminarEntiendo tus reticencias al encarar este reportaje. Un tio mío estuvo varios años en una institución similar y tengo que agradecer no haber tenido edad suficiente para asistir a las visitas que le hacían mis padres. Las condiciones en que vivían eran duras. Era un tiempo en que los que estaban en una situación así vivían para ser olvidados. Y los de fuera olvidaban que dentro había personas. Creo yo que, aparte de enfermedades mentales, muchas de esas personas eran demasiado sensibles para soportar los golpes de la vida.
ResponderEliminarTu reportaje les sacó del olvido, algo impagable para éllos, seguro.
Un abrazo Tino.