miércoles, 20 de enero de 2010

Haití

CONDENADOS POR REVOLUCIONARIOS

Haití era un país a caballo entre la anarquía y la supervivencia. Sus caminos, como sus habitantes, eran sencillos y tortuosos. Siempre existía la posibilidad de aventurarse por ellos aunque, en la práctica, era una tarea de titanes desplazarse por el interior de un país sin medios propios. La climatología, como sus gentes, es de naturaleza violenta. Pero aunque en las tormentas de esa tierra de promisión, casi siempre había una zona del cielo despejada. Ahora un seismo a aplastado a cuatro millones de habitantes y, de momento, desaparecen bajo las ruínas la menor esperanza de levantar, por una vez, la cabeza.

Antes del terremoto, en Haití el viajero convivía con el caos, con la pobreza, con la anarquía, con las carencias, con la improvisación. A falta de vehículo propio nunca se sabía a ciencia cierta como saldría, ni cuando, ni cómo; pero con la ayuda de fuerzas sobrenaturales conseguía llegar donde se propusiera.

La sempiterna provisionalidad de Haití era la revancha de la comunidad internacional por osadía de ser la primera nación de esclavos que se reveló contra los opresores blancos. Por su pecado todavía no expurgado esta porción de isla se convirtió en un presidio para sus habitantes, una cámara de los horrores comparado con el lujo y los medios de algunos idílicos rincones de la otra mitad, la República Dominicana.

Haití estaba purgando todavía sus responsabilidades por la masacre que organizaron, hace más de doscientos años, los asistentes a una intensa ceremonia vuduista, el 14 de agosto de 1791 en el Bois Caiman. Una mujer, Cécile Fatiman, sellaría con la sangre de un cerdo un pacto de crueldades y de horrores en Haití que acabó con la dominación blanca. ¡Pero a qué precio!.

El desprecio más absoluto, el abandono a su suerte, un cercado político, consiguió, por una parte, preservar en esta nación las raíces más puras de la cultura africana. Pero este "appartheid" también les obligó a desforestar la tierra, a extinguir sus recursos, a vivir como animales en la más misérrima pobreza hasta que, un seismo, ha devuelto la certeza al mundo de que millones de habitantes malvivían en un vertedero. Ahora todos estamos muy apenados.

¡Ojala que tanta ayuda sea, por fin, un punto de inflexión! Algunas de las personas más amables, más entrañables, más humanas que he conocido jamás, vivían en Haití. Quizás ahora sean cuerpos pudriéndose en una fosa común. Sin un entierro digno, con un ligero toque vudú, como a ellos les habría gustado.

¿Cuánto tiempo trascurrirá para que Haití deje de ser noticia?

The Washington Post

viernes, 1 de enero de 2010

Cabo Verde "en movimiento"

ESTE AÑO, MUNDIALES DE FÚTBOL

Cabo Verde fue uno de esos reportajes que demuestran que no hay que viajar con excesivas ideas preconcebidas. Cada una de las islas de este paradisíaco archipiélago recuerda una región de África, en versión “light”. Perfecta para alguien que se quiera iniciar en el continente negro con un sencillo y fácil viaje de prueba

Os podría hablar de los desérticos paisajes de la isla de la Sal; o de la cordillera que parte en dos la isla de Santiago, o de la belleza de la isla de San Vicente… pero esta información la encontraréis fácilmente en internet.

Lo que me llamó la atención viajando por Cabo Verde fue una pasión no indicada en las guías de viaje: la afición al fútbol, omnipresente en todas las islas. La misión de un reportero, o de cualquiera que aspire a sorprender a los lectores y, antes que a ellos, al propio “staff” de la revista, es obtener material “imprevisto”. Aspectos de la vida cotidiana que rebasen los tópicos de las playas con palmeras, los mercados “coloristas” y las fotos de cocineros mostrando platos típicos. No quiero decir que, con frecuencia, las revistas esperan este tipo de imágenes si se trata de un reportaje turístico, pero cualquier sorpresa que funcione bien en maqueta, será bienvenida.

Una de las virtudes que los editores gráficos aprecian más en los fotógrafos, además de su estilo cuando ejercen su oficio, es su capacidad de volver con imágenes que desvelen el espíritu del lugar. Lo que en inglés se denomina “the sense of the place”.

La propuesta de Cabo Verde y la afición de los lugareños por el fútbol; un deporte que estará especialmente de moda en 2010, cuando se celebren los Mundiales en Sudáfrica, le gustaron al editor gráfico de VIAJAR.

Resultado: una doble página con escenas de balompié y varias imágenes a buen tamaño de este deporte. Y es que, en fotografía de viajes, hay que ser un poco periodista, aplicar principios básicos de sociología e incluso inmergirse en la antropología en ocasiones. Y eso sin contar un montón de exigencias más que comentaremos en otras entradas.