Para determinar sobre el terreno las necesidades de las comunidades ribereñas, dos miembros de esta organización, ambos del sexo femenino, recorrieron los principales ríos que confluyen en el Amazonas en la provincia de Requena: el Puinahua, el Ucayali, el Maquia, el Juanache, el Tapiche y el río Blanco, a bordo de una pequeña embarcación algo mayor que las diminutas canoas "peque-peque", típicas de la amazonia peruana y denominadas de esa manera por el característico ruido de su motor de cuatro tiempos.
Aquella primera travesía, sin duda, tuvo que ser épica para las dos valerosas mujeres que se aventuraron con las reservas alimenticias justas -estrictamente las que pudieron meter en la lancha- navegando por aguas contaminadas, agobiadas durante toda la jornada por los mosquitos y carentes de techo estable en una región de lluvias torrenciales. En el país de las "chalapas", Sonsoles Martín (en la foto de más abajo, palmeando mosquitos) y Mirian de León se salieron con la suya, consiguieron preparar un mapa logístico y sentaron las bases de un proyecto que cristalizaría en forma de barcaza: el IGARA UKA, que en cocama podría traducirse como "canoa-casa". Objetivo fundamental: promover la salud en un área de 35.000 kilómetros cuadrados con una población muy dispersa estimada en 23.000 habitantes, agrupadas en comunidades de un centenar de miembros de promedio.Y ahí estaba yo, tomando el sol en la travesía entre poblado y poblado, mirando el cielo, el Amazonas, y pensando en lo afortunado que era por tener una profesión que, con una cámara al cuello, me permitía compartir una experiencia excepcional con esos cooperantes tan valerosos. Me acompañó mi colaborador Vicenç Fenollosa, que más adelante fue un gran fotógrafo de prensa en Ibiza. Un texto extraído de mi diario de a bordo os dará una idea más aproximada que mis recuerdos, quince años más tarde:
“La vida transcurre volando en el IGARA UKA. De vez en cuando rompen la monotonía de la travesía improperios dirigidos principalmente a los zancudos. En ocasiones ni siquiera cumplimos con la única comida del día: conversaciones con los promotores de salud, repasar uno por uno los casos que han acontecido, enseñarles a hacerlo mejor si es que erraron el tratamiento, animarles en los aciertos, insistir en que dejen constancia escrita de sus prescripciones, reunir y supervisar el comité de salud, agrupar a la comunidad para aconsejarles, hacerles donación de un primer botiquín y, sobretodo, concienciarles del valor de los
medicamentos para que cuando MSF o cualquier otra organización se marche, dispongan de autonomía propia y aprendan a financiar por ellos mismos sus necesidades sanitarias. Todos los días hay consultas médicas, servicios de urgencias y, para acabar de completar cada parada, encuestas a la población que serán analizadas por la noche en el barco, al igual que las muestras de tejido enfermo recogidas para estudiarlas en el microscopio de a bordo, bajo el aleteo infernal de millones de insectos empeñados en quedarse para siempre enredados en la cabellera de la tripulación.Existen muchas supersticiones en el Amazonas. Tierra de pescadores, matarifes y brujos, de misioneros, charapas, médicos y otras prosapias, no todo son seres de carne y hueso para los habitantes de la selva. Pueblan también estos ríos otros sujetos, orígenes de sabrosas leyendas, algunos reales y los más, imaginarios. Existe, por ejemplo, una variedad de delfines de color rosa, los "buceos", causantes de mal de ojo o, como dicen en la región, que "cutipan"; como cutipan también las sirenas del Amazonas o el "yacuruna". Cutipan las fieras del monte, los ronsocos, los pelejos, los vampiros, los tigres, los chullachaquis... pero son los sonidos del "tunchi" y, sobretodo, del "maligno", los murmullos procedentes del río que aterrorizan a la población”.
Cuando regresé a Barcelona, Médicos Sin Fronteras organizó una pequeña exposición con mi trabajo. La mala noticia fue que ningún editor quiso ver mi trabajo cuando les decía que era en blanco y negro; a pesar que se proyectó en VISA POUR L’IMAGE, un privilegio y una prueba de calidad que pocos reportajes consiguen entre los miles y miles de propuestas que recibe Jean François Leroy todos los años. “A los lectores les gustan las fotos en color” – se justificaban.Y para rematar la mala suerte, la razón inicial por la que hice este reportaje que no era otra que un proyecto de libro con el que celebrar el 25 Aniversario de Médicos Sin Fronteras, se fue al garete. La razón la he sabido hace justo una semana, pero ese ya es otro relato, que lo encontraréis en mi blog personal. También podéis ver más fotografías en mi web, en el apartado "Amazonia Peruana".
En mi tercera escapada se incorporaron otros dos fotógrafos de lujo: 



Siendo blancos, tanto el hielo como la nieve, para darle un cierto contenido gráfico a los hoteles este planteamiento resultó especialmente efectivo.


Tomar fotografías en Cuba es fácil porque la gente es encantadora y la isla, a pesar de su estado ruinoso, mantiene un encanto del que, para mi gusto, carecen otros enclaves caribeños con influencias menos latinas. De manera no hay mucho que explicar sobre las imágenes. Sólo reseñar que, en Varadero, llovió sin cesar los diez días que permanecí “varado” en mi habitación. Ya se sabe que cuando un fotógrafo profesional trabaja sobre el terreno atrae tormentas, monzones o incluso, de vez en cuando, alguna que otra inundación. En otras crónicas os hablaré de metereología. El caso es que las imágenes de Varadero tuve que resolverlas en cuatro horas, el mismo día que salía mi avión de retorno a España.


... la ambulancia en la que viajé tuvo un accidente al cabo de unos días en Lleida y sus ocupantes estuvieron de baja un año, recuperándose de las heridas. Todo conlleva su riesgo.

Así, en el pequeño pueblo de Llafranc, en la provincia de Girona, Rambo, el alter ego de Carles Bisbe, acude todos los años a
Tras la batalla empieza el espectáculo. Carles Bisbe prepara, a ritmo de una música trepidante, el famoso cóctel, legado de su tío "El gitano de la Costa Brava", con Cointreau, zumo de naranja, zumo de piña, todo tipo de frutas troceadas, cava catalán, unas gotas de angostura y licor de melocotón. El resultado es todavía más explosivo que los fuegos artificiales a su llegada...
La fiesta continúa hasta avanzada la madrugada animada por los músicos liberados por Rambo. El propietario del Hotel Llafranch suele organizar espectáculos basados en este personaje a lo largo del año; pero es coincidiendo con las fiestas de agosto que inunda literalmente de alcohol las inmaculadas aceras de este rincón ampurdanés.

Los editores –y en el Geographic no son una excepción- valoran que el fotógrafo les libere de problemas ajenos a la selección de las imágenes, lo que a la postre es su trabajo. Esa autonomía es un valor añadido cuando eligen un fotógrafo. Lo ideal es que, confirmado el encargo, el siguiente mensaje que recibe un editor gráfico sea concretar la fecha y el modo de entrega de las imágenes. Por eso no todo el mundo está preparado para moverse con soltura y, a menudo, sin compañía, por regiones remotas. Eso no se aprende en las escuelas de fotografía.
En otros casos, como en Patmos, me tuve que presentar a las dos de la mañana al puerto, maleta en mano, y esperar que apareciera, a la hora que fuera, un barco… ¡Y rezar para que se dirigiera a Atenas!. Ignoro la razón pero, hasta que el navío no estaba anclado, no se podían adquirir los billetes en las taquillas del puerto.



