Un exponente de cómo son muchos encargos de fotografía profesional fueron mis primeros trabajos para la National Geographic Society, hace ahora 10 años. No me enviaron a los confines del mundo -como me hubiera gustado- para lucirme con un arriesgado reportaje de aventuras. La realidad fue menos galmorosa: me propusieron colaborar en la sección “48 horas” de la revista. Como el título indica, el reportero se pasa un día o dos en el destino, fotografiando hoteles, restaurantes de moda y tiendas “chic”. La primera foto que publiqué en NG Traveler fue la del hotel provenzal “La Bastide de Capelongue” y la segunda, la del hijo de la propietaria, un joven chef poseedor de una estrella Michelin.
Hoy en día las revistas de viaje publican extensos artículos centrados principalmente en la hostelería y en la gastronomía. Éste es un buen consejo para los que se quieran dedicar a la fotografía profesional de viajes. Mucho chef mirando a cámara y suites de lujo es la tendencia.
O, como en otro de los encargos que hice también para Traveler, el tema fue un tópico recurrente: el mundo de la moda en Milán. ¡Ah! Y de vez en cuando un monumento iluminado o un crepúsculo espectacular para que no se diga… Por algo hay que empezar.
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