sábado, 10 de enero de 2009

48 HORAS EN...

PARAÍSOS Y GASTRONOMÍA

Un exponente de cómo son muchos encargos de fotografía profesional fueron mis primeros trabajos para la National Geographic Society, hace ahora 10 años. No me enviaron a los confines del mundo -como me hubiera gustado- para lucirme con un arriesgado reportaje de aventuras. La realidad fue menos galmorosa: me propusieron colaborar en la sección “48 horas” de la revista. Como el título indica, el reportero se pasa un día o dos en el destino, fotografiando hoteles, restaurantes de moda y tiendas “chic”. La primera foto que publiqué en NG Traveler fue la del hotel provenzal “La Bastide de Capelongue” y la segunda, la del hijo de la propietaria, un joven chef poseedor de una estrella Michelin.

La comida no la olvidaré mientras viva. Abrieron el restaurante sólo para mi y, tras tomar las fotografias oportunas, degusté todos y cada uno de los platos que me vino en gana. “No podrías haber pagado el coste de esta comida” –me comentó el chef. Cocineros y personal auxiliar trabajaron contra reloj para elaborar una veintena de exquisitos platos. He aquí una de las grandes verdades de esta profesión: en fotografía profesional de viajes cobramos para mostrar lujos y paraísos a los que no podríamos haber accedido con el dinero que cobramos.
Hoy en día las revistas de viaje publican extensos artículos centrados principalmente en la hostelería y en la gastronomía. Éste es un buen consejo para los que se quieran dedicar a la fotografía profesional de viajes. Mucho chef mirando a cámara y suites de lujo es la tendencia.

O, como en otro de los encargos que hice también para Traveler, el tema fue un tópico recurrente: el mundo de la moda en Milán. ¡Ah! Y de vez en cuando un monumento iluminado o un crepúsculo espectacular para que no se diga… Por algo hay que empezar.










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