sábado, 17 de enero de 2009

FUNDACIÓ "LA CAIXA"

PROYECTOS SOCIALES

Uno de los encargos más apasionantes de mi carrera fue una idea de la Fundación "la Caixa": documentar algunos proyectos sociales emblemáticos y utilizar esas imágenes en campañas publicitarias que anunciarían concesiones de becas para proyectos sociales.

Durante meses fotografié emigrantes sin papeles, adultos y niños en prisión, disminuidos psíquicos y físicos, familias sin recursos en barrios infectos… unas veces con más acierto que otras, pero siempre procurando narrar lo que tenía delante en su justo punto. Ni pasarme de dramatismo, ni buscando ejercicios de composición a costa de los problemas de esas personas.

Este trabajo me permitió experiencias maravillosas, como habitar en un piso donde compartían una vida independiente un grupo de muchachos con Síndrome de Down; observar terapias con animales para jóvenes con autismo o participar en colonias destinadas a familias con niños pequeños (todas cumplían penas de cárcel por delitos menores) a punto de acabar su condena.

Obviamente a muchas personas en prisión atenuada que ya estaban buscando trabajo no les apetecía lo más mínimo aparecer en campañas publicitarias vistas por millones de personas en prensa y televisión. Por descontado que no tomé una foto sin consentimiento, pero me encontré con una curiosa restricción: cuando los niños viven presos con sus padres, éstos no tienen la potestad de permitir que les fotografíen. Por decirlo de alguna manera, el consentimiento correspondería al Estado que, como no lo da (de hecho no supe a quien pedirlo) me obligó a fotografiarlos de espaldas.

Cuando al final se eligieron las imágenes de la campaña surgió un nuevo problema. Hacía falta el permiso de algunos emigrantes sin papeles que, dada su situación irregular, se habían negado a firmar el consentimiento. Pero como un banco es un banco, y siempre es previsible una demanda contra una entidad financiera si no están bien ligados los derechos de imagen, no tuve más remedio que perderme entre carreteras vecinales de La Mancha hasta que divisé a “mis emigrantes” recolectando uvas en unas viñas alejadas del camino. Fue como buscar una aguja en un pajar, pero al final firmaron y sus imágenes inundaron las oficinas de La Caixa y, de rebote, los conoció España entera.

2 comentarios:

  1. Hace muchos años que leí tu libro "la fotografía en los viajes" y desde entonces he ido siguiendo tu trabajo aquí y allá.Te agradezco enormemente que compartas todas estas historias que hay detrás de los reportajes.Un saludo.

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  2. No dejas de sorprenderme en la narración de tus reportajes. Cada fantástica fotografía tiene una fantástica historia. Tus imágenes llenas de frescura nos enseñan a mirar y en muchas ocasiones nos invitan a una reflexión optimista.
    Un enorme abrazo.

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